Ana E. De Lau

El crochet es un arte generacional que me apasiona desde niña, cuando observaba a mi madre tejer con dedicación y creatividad. A los 9 años aprendí la técnica y desde entonces descubrí en cada puntada una forma de expresión y conexión con la tradición.

Hoy transformo hilos en piezas únicas: porta vasos, porta platos, porta tazas, amigurumis, gorros y todo lo que la imaginación permita recrear. Cada creación está hecha a mano con paciencia y amor, convirtiéndose en un objeto que no solo es útil, sino también portador de historia y belleza artesanal.

Mi propósito es que cada persona que recibe mis tejidos sienta la calidez de un arte que ha pasado de generación en generación y que sigue vivo en cada diseño.