Espacios culturales
Monumentos y sitios declarados patrimonio
Tras la destrucción de Panamá Viejo y el traslado de la ciudad, los dominicos obtuvieron un solar que ocupaba más de la mitad de una manzana. Allí construyeron una gran iglesia con planta de cruz latina y un claustro de una sola ala para las celdas de los monjes. Los incendios de 1737 y 1756 afectaron todo el convento. Después del último fuego, las celdas fueron rehechas, no así la gran iglesia, que quedó sin su techo de madera y nunca se reconstruyó; lo que se hizo fue edificar una segunda iglesia, mucho más pequeña, a un costado de la ruina. La iglesia arruinada era muy singular, pues no tenía la tradicional disposición de tres naves y pilares internos de madera, sino una sola nave ancha con ocho capillas empotradas en los macizos muros laterales. En el interior, un gran arco rebajado de ladrillos (conocido como el Arco Chato), de un poco más de 11 metros de luz, sostenía el piso del coro alto. La portada principal, con su forma escalonada y dos cuerpos de pilastras (aunque sin aletones ni torres) también resultó única. La portada lateral, por otro lado, es arcaica para el siglo XVIII y parece provenir de Panamá Viejo.Fuente: Guía de Arquitectura y Paisaje de Panamá (Panamá, Sevilla, 2007) del historiador de la arquitectura Eduardo Tejeira Davis.