Espacios culturales
Monumentos y sitios declarados patrimonio
De las fortificaciones de Portobelo, la de San Jerónimo es la única que se encuentra en el propio casco histórico, directamente frente al que una vez fue el embarcadero.
El primer fuerte se construyó a unos 70 metros de la línea de playa de ese entonces; estaba rodeado de agua por sus cuatro costados, aunque en este punto la bahía tenía muy poca profundidad. Se trataba de un simple cuadrángulo (“reducto”) de 90 pies por lado y sin baluartes, que ya estaba avanzado cuando el ingeniero Juan de Somovilla lo inspeccionó en 1666-67, aunque aún no se había terminado cuando Henry Morgan atacó la ciudad en 1668.
Después de los ataques de Edward Vernon (1739) y William Kinghills (1744), se decidió rehacer completamente el sistema defensivo de la bahía. En 1753 vino a Panamá el ingeniero militar Ignacio Sala, la máxima autoridad en fortificaciones en España, quien sentó las pautas sobre cada uno de los fuertes. En San Jerónimo se decidió mantener el reducto original, aunque modificando sus defensas y agregándole una larga batería para unirlo con la playa.
Fuente: Guía de Arquitectura y Paisaje de Panamá (Panamá, Sevilla, 2007) del historiador de la arquitectura Eduardo Tejeira Davis.