Técnicas artesanales y procesos vegetales para la confección del sombrero pintao

La técnica y proceso artesanal para la elaboración del sombrero pintao es exclusivamente a mano, empleando técnicas transmitidas de generación en generación. Cinco plantas se utilizan para la confección del sombrero pintao.

Los cogollos tiernos de bellota (Carludovica palmata) se rasgan, se lavan, se cocinan y se secan al aire libre, para luego tejer las trenzas o crinejas. Las fibras obtenidas del junco (Cyperus holoschoenus, de las Capiráceas) y de la chonta (Astrocaryum standleyanum) se cocinan con hojas de chisná (Arrabidaea Chica) para teñirlas de un color rojizo. Luego, al ser sumergidas en lodo de ciénaga, adquieren el color negro. Las fibras negras teñidas del junco y de la chonta son utilizadas para el tejido de los talcos (junco y bellota blanca para tejer los talcos) y chonta para las pintas negras del sombrero. Las trenzas tejidas (crinejas, talcos y pintas) se unen cosidas con un fino hilo obtenido de la pita (Furcraea Cabuya), alrededor de la horma de madera que le da forma al sombrero, según la medida de cada persona.

La práctica de esta expresión artesanal tiene un impacto importante, en varias dimensiones. Desde el punto de vista familiar, se destaca la colaboración y el apoyo en su propio desarrollo económico y profesional. Esta artesanía se ha convertido en parte de la indumentaria de trabajo, de celebraciones donde se exprese la identidad del panameño y como parte de los atuendos folklóricos en diversas danzas.